Autor: Insolvencia Colombia
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Un salvavidas financiero en medio de la pandemia
Para nadie es un secreto que la pandemia no solo ha sido una gran prueba en términos de cuidado de la salud y aplicación de los protocolos de bioseguridad, sino en cuanto a la estabilidad financiera. Tanto las personas naturales, como los comerciantes, en diferentes medidas, han visto que el cierre de las actividades que se vivió durante el inicio de la pandemia, y que aún hoy sigue afectando el flujo normal de los negocios, ha sido una dura prueba para mantener a flote la liquidez.
Colombiano, toma decisiones con IFI – Inteligencia Financiera
Muchos se vieron obligados a recortar gastos, prescindir de servicios, empleados, proveedores, etc. Las planeaciones financieras a nivel personal y corporativo tuvieron que ser revaluadas a la lupa de la nueva normalidad, para lo cual un recurso fue la búsqueda de ayudas financieras o recursos adicionales. Y, aunque estos mecanismos pudieron representar un respiro, aumentaron la presión sobre el bolsillo de la gran mayoría de colombianos y latinoamericanos e incluso a algunos los llevaron a la quiebra.
Ahora bien, es importante en este punto entender que tal como explica Luis Benítez, director de la empresa IFI Inteligencia Financiera e Insolvencia Colombia, hay diferentes tipos quiebra: la financiera, que se da, por ejemplo, cuando una persona debe cerrar su negocio por la falta de capacidad para cumplir con sus obligaciones; y la quiebra legal, que hace referencia a los procedimientos de insolvencia.
“Durante 2020 los procesos de insolvencia no aumentaron, pues las personas priorizaron la supervivencia. Pero en 2021 viene creciendo a doble dígito la cantidad de procesos, tanto de compañías como de personas, para 2022 esperamos que los procedimientos crezcan cerca de ”.
“Durante la pandemia hemos visto que se ha presentado bastante la quiebra de comerciantes, ya que muchas personas y negocios, que incluso tenían estabilidad, debieron cerrar. Respecto a la quiebra legal, la Superintendencia de Sociedades se está preparando para recibir una gran cantidad de procesos. De hecho, el mismo Gobierno emitió algunos decretos que buscan apoyar a esas empresas”, asegura Benítez.
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Ahora bien, resalta igualmente que los procesos de insolvencia durante 2020 no aumentaron, ya que, sobre todo en el segundo y tercer trimestre de 2020, las personas priorizaron la sobrevivencia; para el cuarto y lo que vamos de este año, se ha visto un cambio de tendencia, y en 2021 va creciendo a doble dígito la cantidad de procesos, tanto de compañías como de personas.
Muchos de los pequeños empresarios y emprendedores, al no tener acceso al sistema financiero, debieron considerar la insolvencia como una opción para pagar sus deudas; varios están sacando créditos de emergencia, vendiendo sus carros y activos, para financiar a la empresa. Pero, tal como asegura Benítez, lo que no saben es que la demanda en Colombia, y en el mundo en general, no se va a recuperar tan rápido, pues solo hasta finales de 2022 e inicios de 2023, las personas podrán volver a sus niveles de consumo habituales. Eso hace que la insolvencia se vuelva una buena opción para las personas naturales y los pequeños empresarios.
“Insolvencia Colombia fue la primera empresa que hizo un proceso de negociación de emergencia en Cámara de Comercio en Colombia, y ha venido realizando otros procesos, por medio de los ha ayudado a las empresas”, resalta Benítez.
En este contexto, es importante tener en cuenta que el procedimiento de insolvencia ha cambiado, sobre todo el de empresas, dado que por medio de los decretos de emergencia que se vencían en abril de 2022(ahora ampliados hasta diciembre de 2022), se ha buscado que las empresas puedan acceder de un modo rápido y fácil a esta. “Insolvencia Colombia fue la primera empresa que hizo un proceso de negociación de emergencia en Cámara de Comercio en Colombia, y ha venido realizando otros procesos, por medio de los ha ayudado a las empresas”, resalta Benítez.
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Frente a un contexto adverso, en el que se siguen sumando factores como la reforma tributaria, el estrés financiero que viene del endeudamiento adicional, las variantes económicas externas, entre otros, la insolvencia se convierte en una oportunidad, no para dejar de pagar, sino para cuadrar las finanzas y reconstruir el futuro financiero.
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