Historia de un colombiano en quiebra
Autor: Equipo de IFI Inteligencia Financiera
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Historia de un colombiano en quiebra
El calvario de Javier
Javier* siempre creyó tener todo bajo control, ese era el discurso que se repetía cada día y que su familia creía; pero con el paso de los meses empezó su calvario y el cielo empezó a tornarse cada vez más gris…
Aquel abril de 2019 en un viaje de los que solía organizar a la sabana de Bogotá en un retén de la policía de tránsito, luego de verificarle la documentación en la plataforma del RUNT, le indican que no puede continuar su recorrido porque el auto registraba orden de captura y por lo tanto debía ser “secuestrado”. Esa mañana Javier creía que eso solo pasaba en los “realities” americanos; allí no valió el “colabóreme mi agente” “considere que llevo a la familia” “no me haga ese daño” Para intentar remediar la situación, le dijo a su esposa Amanda*, que tenía unas multas sin pagar, y por eso se llevaban a los patios el vehículo, pero que eso cuestión de días para solucionar el problema. En ese punto Amanda empezó a sospechar que la situación económica de su esposo no andaba muy bien.
Al mes siguiente, creyendo arreglar su problema se fue a la reparadora de crédito “Emproblema tu Crédito” y allá con esperanza logró ahorrar algo para pagar parte de sus deudas, pero después de cinco meses le embargaron el salario, cuando fue reclamar sus ahorros le dieron muy poco porque el dinero se fue en comisiones del ahorro, y al revisar el estado de la negociación de las deudas, estaba en el mismo punto y corrían más intereses por mora.
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Pasados seis meses, corría el mes de octubre, Amanda al hacer un retiro del cajero, notó que el saldo que quedaba en la cuenta no era el usual y que le habían hecho un descuento considerable en su salario. Pensó que le habían hackeado la cuenta o clonado la tarjeta y bloquea la cuenta de ahorros. Al consultar vía telefónica qué había pasado le indican que le embargaron parte del sueldo por ser codeudora de su esposo. Allí el panorama se complicó porque con su salario cubrían los gastos del estudio de sus dos hijos.
Esa noche Javier tuvo que aceptar y reconocer que estaba en quiebra y que hace varios meses no alcanzaba a pagar las obligaciones de las tarjetas de crédito, ni para el crédito adquirido para costear los huecos financieros que aumentaban cada día.
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Bajo la premisa que la esperanza es lo último que se pierde, Javier a pesar de las alertas sobre el estado crítico de las finanzas del hogar, sacó un crédito a nombre de sus papás para evitar un segundo embargo sobre el salario, esperando pagar con un dinero que le debían de una obra de construcción. Dinero que seguía esperando hace seis meses.
Finalmente llegó el momento que Javier había postergado tanto tiempo, tuvo que ir a vivir donde sus suegros, porque llevaban dos meses sin pagar arriendo. Ellos no podían creer la situación y le recriminaban a su yerno el mal manejo de las finanzas y las penurias que estaban pasando su hija y nietos.
La solución
Avanzaba el tiempo y Javier finalmente en enero del 2020, después del drama familiar que le significó reconocer su situación, entendió que debía asumir el problema de otra forma y dejar el poco “ego” que le quedaba a un lado para empezar un proceso de insolvencia. Así que decide visitar dos notarias para conocer cómo era el proceso, en la primera le informan sobre los precios y estos casi que alcanzan el valor del auto que le secuestraron en abril; horas más tarde en la siguiente le dicen que allí no hacen ese tipo de trámites. Esa tarde y por azares del destino, saludó a Antonio por WhatsApp con el que hace varios meses no tenía contacto y terminaron hablando de su crisis financiera, él le cuenta que una familiar hace poco había empezado el mismo proceso y le recomendó que contactara a Insolvencia Colombia e IFI Inteligencia Financiera.
El viernes siguiente ya estaba en las oficinas de Insolvencia Colombia donde logró encontrar ayuda profesional. Allí le contaron que las tarifas para aquellos que se declaran en insolvencia tienen unos rangos de acuerdo al monto de la deuda, y adicional, que las Notarías y Centros de Conciliación pueden ofertar mejores precios. Por fortuna le buscaron la mejor tarifa en su ciudad y para abril del 2020 logró un acuerdo de pago, y en mayo del mismo año logró recuperar su carro y levantó el embargo que tenía de su salario y el de su esposa.
Luego de un proceso de audiencias, para el 2022, después de su insolvencia pudo volver a ser cliente del sector financiero.
*Nombre ficticio, esta historia recrea experiencias que han vivido algunos de nuestros clientes.